Canciller del Obispado que está detenido habría cometido abusos sexuales en Pichilemu

El canciller del obispado de Santiago Oscar Muñoz, hoy detenido en la cárcel de Rancagua, habría cometido abusos sexuales a menores en paseos pastorales realizados en Pichilemu, según versiones de prensa nacional.

Asi se desprende de las investigaciones que está realizando el ministerio público, encabezadas por el fiscal de la región de OÂ´Higgins Emiliano Arias.

Ex canciller del Arzobispado formalizado por abusos sexuales cumplirá su prisión preventiva en la cárcel de Rancagua.

El sacerdote í“scar Muñoz (56), quien ocupó el puesto de canciller en el Arzobispado de Santiago, fue formalizado este viernes en el Jugado de Garantía de Rancagua bajo los delitos de abusos sexuales reiterados contra menores y estupro. En la instancia, se le fijó la medida cautelar de prisión preventiva mientras dure la investigación de la fiscalía.

Así, tras la audiencia, según informaron desde el Ministerio Público, Muñoz fue trasladado al módulo 1 de la cárcel de Rancagua. Lugar donde deberá permanecer por un tiempo de, al menos, 180 días, que es el plazo dado por el tribunal para la indagatoria.

Ex canciller del Arzobispado formalizado por abusos sexuales cumplirá su prisión preventiva en la cárcel de Rancagua.

Según explicó el fiscal regional de OÂ´Higgins -a cargo del caso-, Emiliano Arias, los ilícitos por los cuales se formalizó al presbítero son en contra de cinco víctimas, sin embargo, aclaró, “hay otras en evaluación”.

Por su parte, el abogado defensor de Muñoz, Gabriel Henríquez, señaló que no se opusieron a la prisión preventiva, ya que existen hechos que “evidentemente no se cuestionan“, producto de la auto denuncia que realizó el imputado en enero ante la justicia canónica. Hechos que ahora se encuentran siendo investigados en la Santa Sede por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Sin embargo, el abogado sostuvo que les “sorprendió” que en la audiencia se hayan formalizado cinco hechos, ya que, “por lo menos tres hechos claramente no están dentro de lo que pensábamos que estaban incluidos dentro de la formalización”. Además indicó que al menos dos de las denuncias se encuentran prescritas.

En cuanto a la posibilidad de que el imputado sea agredido al interior del penal, Henríquez sostuvo que “no creemos que se dé una situación de esa naturaleza”.

Lo anterior, por el hecho de que “él es un ciudadano más, se tiene que aplicar en todo el sentido de la palabra. No solo en aquello que pudiese eventualmente perjudicarlo. Es decir, aspiramos que tenga el tratamiento normal que tiene cualquier imputado, y eso implica, como ocurre a diario en nuestros tribunales, que se adopten las medidas pertinentes”, para velar por la seguridad del sacerdote.

Modo de operar del imputado

Por otro lado Arias, consultado por el modo que habría tenido Muñoz para atacar a sus víctimas, sostuvo que aquí hay “ciertos factores en común que existen” en relación a los presuntos abusados.

Todas las supuestas víctimas, precisó el fiscal, eran menores de edad, “con inexperiencia sexual, víctimas que fueron atacadas sexualmente mientras se encontraba al cuidado” de Muñoz, producto de la “confianza que generó con las víctimas y con los padres de las mismas”.

“No es menor que se hayan cometido los delitos al interior de la Iglesia, al interior de casas parroquiales. Delitos gravísimos y reiterados. También observamos de parte de la conducta del imputado una clara manipulación psicológica, o un claro abuso de confianza en relación a las víctimas”, añadió.

Además, Arias enfatizó en el rol que cumplía el clérigo en la Iglesia. “Esta persona conocía como se manejaba el sistema de investigaciones canónicas. En su papel de canciller hasta antes del 2011 conocía todas las denuncias de delitos sexuales en primer momento y con posterioridad. í‰l conocía qué hacer, qué no hacer, cómo manejarse. Cómo poder, en definitiva, asegurar su impunidad”.

Respecto a los castigos que arriesga Muñoz, el persecutor apuntó que “por delitos de abusos sexuales reiterados, mínimo una pena de 5 años y un día, a lo cual hay que agregar la pena en el caso de estupro. Acá, siendo bien beneficiosos con el imputado, el mínimo de lo que arriesga es una pena que va entre los dos años y un día a los 15 años“.

Finalmente, Arias destacó que esta investigación “también se refiere a todas las actuaciones o partícipes que puedan tener en este caso como autores, cómplices o encubridores, tanto en este, como en otros casos que tenemos en la Región de OÂ´Higgins”.

“En este caso, en consecuencia, lo que podemos observar desde ya, es que existe un sistema de investigación paralela de la Iglesia Católica, con cesiones que sin duda no son eficientes para que no se sigan cometiendo los delitos. Eso está absolutamente claro, tanto en el escenario mundial como en Chile”, concluyó.

Entre los antecedentes que se conocen, es que los abusos sexuales a menores,Â se habían producido en paseos pastorales realizados a la ciudad de Pichilemu.